A la hora de construir una vivienda sostenible es importante tener en cuenta donde se va a realizar. El lugar donde se vaya a llevar a cabo debería evitar áreas de gran contaminación atmosférica y acústica, líneas eléctricas y zonas cuyo subsuelo tenga fallas geológicas.
Tan importante como el emplazamiento es la orientación en la que se construye un edificio. Una buena elección nos ayudará de forma significativa a la hora de reducir la energía necesaria para la regulación térmica de la casa.
Una gran parte de la electricidad utilizada en el día a día de un edificio viene de fuentes que generan una contaminación al medioambiente. Por lo tanto, si somos capaces de generar por medio de energías renovables la electricidad que consumimos, ayudaremos a reducir el impacto ambiental.
Para conseguir una correcta eficiencia energética, es necesario que nuestra casa cuente con un buen aislamiento térmico que dificulte la variación de temperatura.
El uso de materiales reutilizables, naturales, o que se pueden reciclar posteriormente, ayudará a disminuir su impacto ambiental.
Por último, es conveniente la instalación de sistemas que hagan un seguimiento y control del consumo eléctrico, temperatura, humedad, etc.